Lo segundo es lo bien pensado que está este estudio en términos de la simetría que guardan todos y cada uno de los capítulos que lo componen. En tales capítulos, dedicados al examen por separado de las visitas que efectuaran a Venezuela John Kennedy en 1961, Jimmy Carter en 1978, George Bush en 1990 y William Clinton en 1997, el autor se ciñe a una estructura que busca, en primer lugar, hacer que su mirada se concentre en los antecedentes y en los contextos específicos en los cuales tuvieron lugar tales visitas para, luego, atender los temas que se abordaron, las divergencias o coincidencias que suscitaron, los acuerdos que se suscribieron –o dejaron de suscribirse– o los convenimientos alcanzados más allá de instrumentos formales y las consecuencias prácticas que pudo derivarse de ello. Por último, aun cuando no menos importante y siguiendo ese mismo sentido de uniformidad o simetría que Francisco Soto ha querido imprimirle al volumen, destaca en cada capítulo la forma como nuestro propio país valoró las implicaciones de tales visitas, incluyendo desde luego lo que a bien tuvieron opinar aquellos sectores provistos en su momento de mayor o menor vocería política, sin dejar tampoco por fuera la opinión de los gremios industriales o empresariales, conforme lo demuestra la cuidadosa consulta que hiciera también de la prensa nacional y regional, especialmente de los diarios El Nacional, El Universal, La Esfera, Últimas Noticias y el diario Frontera, de Mérida.
Obviamente, en el marco de tales visitas, hubo temas recurrentes y denominadores comunes –petróleo, seguridad hemisférica, comercio bilateral– pero también variantes significativas, tal como se hace cargo Francisco de ponerlo de relieve al adentrarse en las particularidades de cada una de ellas. Variantes que, desde luego, habrían de verse determinadas, a su vez, por el grado de temperatura que llegara a marcar la relación entre ambos países en distintos momentos de la segunda mitad del siglo XX.
Lo tercero que quisiera destacar es la complejidad con que Francisco atiende este recorrido y sus distintas escalas previas. Con ello quiero decir que la obra en cuestión no sobresaldría entre lo que comúnmente tiende a manejarse en relación a tales visitas si Francisco no hubiese examinado, con el rigor con que lo hace, la forma como éstas terminaron siendo, en muchos casos, producto de intensos esfuerzos de lobbismo por parte de quienes pretendieron incidir en la agenda presidencial para que tales visitas se efectuaran en un momento clave para las relaciones bilaterales.
De modo que, en este sentido, Francisco Soto permite que nos asomemos a lo que significara la concreción de dichas visitas tomando en cuenta la forma como simultáneamente competían otras prioridades y otras regiones como parte de la compleja agenda internacional de los Estados Unidos y, por tanto, de los compromisos asumidos por los distintos mandatarios que, a pesar de ello, le dieron prioridad a Venezuela dentro de lo que implicaba el relacionamiento global estadounidense. Ello demuestra ya, de por sí, el grado de interdependencia estratégica que signó las relaciones bilaterales Venezuela-Estados Unidos al menos entre 1960 y 1990, es decir, durante ese tramo del siglo XX en el que se registraron las cuatro visitas presidenciales acerca de las cuales discurre el libro.
Al mismo tiempo, y dentro de esa misma complejidad que se ve favorecida por la atenta mirada de Francisco, no podemos perder de vista lo que significara también la dinámica –o las motivaciones que tuvieran tales visitas– en relación a la agenda, no sólo de lobbies privados o de las propias agencias federales del Gobierno Federal (las cuales exhibían sus respectivos grados de autonomía o le daban curso a prioridades particulares en la formulación de la política exterior) sino en función de lo que se pensara u opinara respecto al alcance y sentido de tales visitas desde la colina del Capitolio, teniendo en cuenta no sólo que el Poder Legislativo maneja también su propia agenda sino lo que, históricamente hablando, han significado las tensiones y difíciles avenimientos registrados entre la Casa Blanca y el Congreso Federal.
Por último quisiera poner de relieve que estas visitas presidenciales funcionaron mucho más que como una simple forma de enfrentar los entrabamientos burocráticos que suelen enlentecer el proceso de toma de decisiones. Lo digo puesto que si algo sorprende, al leer este libro, es percatarse del grado de interés propio que hubo de parte de algunos de estos presidentes “viajeros” (quizá de parte de Kennedy como de ninguno otro) a la hora de darle curso, más allá de presiones y cabildeos, o de agendas que compitiesen entre sí, a su interacción directa, es decir, a sus relaciones con Venezuela por la vía de la diplomacia “personal”.
Hasta ahora no disponíamos de un estudio acerca de este tema como el que ahora nos ofrece Francisco Soto, el cual, lejos de capitular ante lo anecdótico o lo descriptivo (puesto que, si tal fuere el caso, no estaríamos congregados aquí) revela la seriedad investigativa y la capacidad para ahondar en problemas como sólo es capaz de hacerlo quien, lejos de actuar como historiador de su cuenta y riesgo, maneja las destrezas y exigencias del oficio frente a los acervos documentales disponibles y en los cuales, y sobra decirlo, hay que saber hurgar con el grado de profesionalismo necesario.
Edgardo Mondolfi Gudat
Academia Nacional de la Historia / Universidad Católica Andrés Bello
PRESENTACIÓN | |
Francisco Soto y el Air Force One en Maiquetía Edgardo Mondolfi Gudat | 15 |
AGRADECIMIENTOS | 37 |
INTRODUCCIÓN | 39 |
CAPÍTULO I
JOHN F. KENNEDY: “VENGO A ESTE PAÍS SIGUIENDOLOS PASOS DE FRANKLIN D. ROOSEVELT” |
55 |
1.1. El difícil contexto de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos a inicios de los años sesenta | 57 |
1.2. Preparativos para la llegada del presidente Kennedy | 71 |
1.3. Camelot en Venezuela | 82 |
1.4. Las disímiles e intrincadas opiniones acerca de la visita de Estado | 101 |
CAPÍTULO II
JIMMY CARTER: “SOY BENDITO POR DIOS AL TENER UN AMIGO COMO EL PRESIDENTE PÉREZ” |
127 |
2.1. Venezuela democrática, petrolera e internacionalista | 129 |
2.2. Expectativas y aspiraciones en torno a la gira de Carter | 152 |
2.3. Un sureño en Caracas | 157 |
2.4. Apoyos, críticas y apreciaciones sobre la presencia del mandatario estadounidense | 180 |
CAPÍTULO III
GEORGE H. BUSH: “LA INICIATIVA PARA LAS AMÉRICAS ES PERFECTAMENTE REALIZABLE” |
195 |
3.1. Venezuela durante la década perdida | 197 |
3.2. Una nueva política de Estados Unidos hacia América Latina | 212 |
3.3. George H. Bush en Venezuela | 223 |
3.4. Reflexiones y posturas concernientes a un periplo controversial | 249 |
CAPÍTULO IV
BILL CLINTON: “TODO ES CHÉVERE EN CARACAS, TODO ES CHÉVERE EN VENEZUELA” |
263 |
4.1. Los lentos avances económicos de Venezuela – América Latina y sus vínculos con Estados Unidos a finales del siglo XX | 265 |
4.2. Proyecciones y propuestas de la gira presidencial | 283 |
4.3 Los Clinton en Caracas | 297 |
4.4. Análisis y observaciones referentes al arribo del jefe de Estado | 318 |
CONSIDERACIONES FINALES | 331 |
APÉNDICE | 337 |
FUENTES | 349 |
Título: De la Casa Blanca a Miraflores. Las visitas de los presidentes de los Estados Unidos a Venezuela (1961-1997)
Autor: Soto Oraa, Francisco Miguel
Sello Editorial: Universidad de Los Andes
Tema: Historia – Relaciones Internacionales
Materia: Historia de Venezuela y Estados Unidos
Tipo de Contenido: Libros Universitarios
Colección: Estudios
Idiomas: Español
Nacionalidad: Venezolana
Edición: 1 era
Ciudad de Edición: Mérida, edo. Mérida
Coedición: Centro Venezolano Americano de Mérida
Medio Electrónico o Digital: E-Book Formato: Pdf Tamaño: 4.68 Mb
ISBN: 978-980-11-2038-4
Número de Depósito Legal: ME2021000119
Deja tu comentario